miércoles, 29 de junio de 2016

Rizos de vainilla



 Juega libre por el aire
su voz en mi oscuridad,
sus mil formas de bañarme
de sus vistas hacia el mar.

 De palabras que se llenen
de miradas hacia el techo,
de mis ganas de que vuelen
de sus ojos a su pecho.

 Y me atan sus seis cuerdas,
y me vuelve casi un niño
cuando dejo que me muerda
(sin su roce) su cariño.

 Restos de un primer abrazo
que hoy se clava como astillas.
Que me busquen en pedazos
entre rizos de vainilla.

 Diecisiete ríos de culpa
por sentir su aroma dentro.
Diecisiete veces "nunca",
diecisiete desencuentros.

(Diego García B.)